¡el Pupito está bañando en sangre!
Ayer mientras web-aba mi hermana llegó dando algunos gritos desesperados, y a toda velocidad me grita: ¡el Pupito está bañando en sangre! (Pupito es mi gato siamés)
De inmediato fui a verlo y tenía sangre en su pata, cuello y oreja. Con pena y pensando en ¿qué podía haberle pasado?, lo curamos y limpiamos; pero nos llevamos una gran sorpresa al ver que la única herida era su uña.
¿De dónde había salido tanta sangre?
Como si fuera un muñeco de peluche le buscamos alguna otra herida que haya quedado fuera de nuestros ojos, pero ¡nada!
Dedujimos entonces que el gato con el que se había venido sacando la madre había sido el perdedor. Y digo “gato” pues unas horas antes vimos a uno atigrado rondando y no existen perros cerca.
Mi querido gato es todavía un pequeño, pues aunque no recuerdo exactamente su edad todavía es joven, es un siamés enorme, no tan puro como otros pues es la mezcla de dos razas de siameses, súper faldero, a veces como un perrito que te sigue a todas partes.
Horas después cuando me disponía a subir a mi cuarto, pasaba tranquilamente por el patio, y lo veo sentado en el centro, mirando hacia arriba, vigilando.
¡Que territorial mi gato!
Actualización: Me cuenta mi hermana que se ha dedicado, junto a Pupito, a la casería del gato atigrado, y como es época de carnaval, con su súper pistola de agua montan guardía en la terraza.
que risa y que susto
Todo un Héroe es Pupito.
¡Qué anécdota, eh! Y que valiente el Pupito
No soy mucho de gatos, pero pobrecito, además es un animalito y en eso si que soy defensora, jejeje. Que bueno que no le pasó nada grave.
Yo adoro los gatos, y conozco esas peleas, mi vecina tiene el techo de su casa confeccionado con zinc en las madrugadas se escuchan los estruendos que ocasionan esas peleas, como si fuera un cuadrilatero de la WWF.