Rezar por las almas de los que han partido, arreglar sus tumbas, llenarlas de tarjetas, servirse la colada morada son actividades que giran en torno al Día de Difuntos*.

Es que cada noviembre el cementerio se llena de visitantes “vivos” que pululan por las tumbas de sus difuntos, esos muertos afortunados.

Afortunados porque en medio de tanta tumba, en medio de tantos huesos y tierra negra están los olvidados, aquellos muertos a los que ‘sus vivos se les murieron’. A ellos ya nadie los llora.

Solo queda un recuerdo de lágrimas secas, con un muerto sobre otro, con tumbas arrumadas y pisoteadas, dando paso a los recién llegados.

La vida de los muertos perdura en la memoria de los vivos.
(Marco Tulio Cicerón)

*El 2 de noviembre en Ecuador se celebra el día de los difuntos, miles visitan las tumbas de sus seres queridos, las adornan y se degusta la colada morada.
**Fotografías tomadas el 2 de noviembre de 2010 en el Cementerio de San Pedro de Pelileo (Ecuador).