¿Eres fanático de algo, pero tan fanático que podrías llegar a los golpes con un amigo, a retirarle el saludo a un vecino o insultar a un familiar tan solo porque piensa diferente?

Una reacción violenta o extrema ante quienes piensan distinto u obran diferente es la causa de muchos conflictos innecesarios. Pues es muy válido que dentro de un mismo círculo social se den apreciaciones distintas respecto a un mismo tema.

Recientemente he visto agresiones entre cercanos por discrepar en situaciones políticas, con comentarios que pasan de ser fuertes a ser tildados de patanes y prepotentes.

Aunque no todos reaccionan de esa manera, son esos momentos críticos los que se están incrementando últimamente en la política local, instigados desde los más altos mandos.

Acciones impulsivas vienen de la mano de nuestro primer mandatario, reacciones suyas que se notan en los pequeños detalles, como cuando visita una escuelita y las maestras lo reciben con un caluroso “bienvenido compañerito” y las fustiga con la mirada por algo que le fastidió minutos antes. Eso pasa a mayores cuando algún crítico le reclama algo y él se retuerce y lanza sus afilados adjetivos en contra del opositor.

Ya cuando todo pasa, ya cuando ha quedado mal, cuando tiene la palabra cada fin de semana (o en una cadena) pasa de la ira a la burla.
Es cierto que no es perfecto, es un ser humano que puede equivocarse, pero no debemos olvidar que está en la obligación de hacer bien las cosas, no mentir y disculparse si se equivoca. Cosa no vista.

A más del acto de distorsionando la verdad (mentir) está su escudo llamado ”generalización”, es como hablar al aire, es un desperdicio de tiempo.

Podría también enumerar las virtudes y bondades de su administración, podría crear una serie de párrafos alabando su buena obra, pero no, pues es su obligación hacer bien las cosas, y es mi obligación detallar, proponer y solicitar lo que falta.

(Es mi obligación también trabajar, ayudar al adelanto del país, pagar impuestos, etc.)

Y después de estos tres años que no me han convencido, tres años que han salido a flote por la gran cantidad de dinero, tres años en los que no he visto un cambio real y tangible.

En estos 36 meses he visto como se ha regalado la plata por millones por su populismo, he visto como se ha dotado de infraestructura a escuelas pero sus maestros siguen en el pasado, he visto como la salud se ha vuelto gratuita pero sigue mediocre, he visto como han regalado casas a los que tienen dinero, he visto como empresas vinculadas se han enriquecido, he visto como han gastado millones en publicidad y en coerción, he visto como quienes están junto a él defienden su accionar a capa y espada porque el famoso 30% no ha desaparecido, he visto como el pueblo ha vuelto a tener miedo. He visto otras tantas cosas que tu las has visto.

¿Dije miedo? Así es, miedo por que desde la cabeza de la casa la tolerancia y el diálogo no existen.

Este gobierno y sus funcionarios se escudan en el relajo, la burla y los adjetivos afilados, con sus acciones de colegiales ‘gandallas’* creen solucionar todo.

No señor presidente, no porque usted utilice su lengua florida las cosas se solucionan. No porque con nuestro dinero puede influir en el entorno crea que somos idiotas. Algunos lo serán, pero idiotas comprados o vendidos.

Y es que tengo el derecho a discrepar, a decir no y a opinar. Y este gobierno como cualquier otro (municipal, provincial o nacional) está en la obligación de “respetar las ideas, creencias o prácticas de los demás”.**

Puedo decir entonces que estos 3 años no van conmigo, pues me han dejado un mal sabor de boca, ya que sigo viendo tintes de corrupción, de abuso de poder y de evasión.

Puedo decir todo lo dicho aquí y lo seguiré diciendo. Por eso menos flores y más trabajo.

P.D. Ustedes también pueden discrepar conmigo o con el presidente en los comentarios XD.
P.D.D. Aunque estos accionares del mundo físico se han trasladado al virtual (como todo) les comento que las reglas del juego son otras, han notado y seguirán notando la diferencia.