Dos casos de estafa
En la calle y a cada paso debemos estar atentos para no ser sorprendidos por estafadores y ladrones. Estos individuos son seres con gran ingenio y capacidad de convencimiento, características fundamentales para hacer del ciudadano común su víctima.
Estos son casos que han llegado a mis oídos:
Diners & Mastercard:
Afectado 1:
Una mujer llama y pregunta por Don Carlitos, se identifica y dice ser una representante de atención al cliente encargada de la promoción realizada por Diners & Mastercard, con una voz gentil y civilizada cuenta que se han seleccionado a profesionales y personajes destacados de la Ciudad X para hacerle llegar una publicación mensual totalmente gratuita.
Argumenta además que para hacer factible el premio debe facilitarle una serie de datos personales y bancarios.
Ella sabe al dedillo los datos de Don Carlos, es decir su lugar de residencia, número de cuenta bancaria, hijos, etc. El estimado Carlitos , en ese momento se da cuenta que algo raro está pasando, más que todo porque muchas cosas no cuadran, más que todo el momento en que empiezan a hacerle preguntas sobre número de cuentas y otros menesteres. Y suspende la conversación.
Afectado 2:
Parece fantástico cuando unos minutos después de enternarnos del caso anterior llaman preguntando por mi padre, como ya sabía de antemano el movil de la estafa, inmediatamente luego de escuchar la letanaía de la estafadora sobre la promoción le agradece y le dice que no le interesa.
Pero aquí, esa señora responde grosera, casi gritando: “esta conversación no está monitoreada por el Suptel, ¿de qué tiene miedo?” y cierra.
¿Pueden dos empresas rivales hacer un concurso conjunto?
¿Cómo han conseguido tus datos confidenciales?
De centavito en centavito se hace un dolarito
Un señor de mediana edad entra en el local de Don Carlitos (si otra vez, es que al pobre don Carlitos le llueven los estafadores), y presentándose de forma elegante le comenta que viene de parte de la Revista Visión a ofrecerle una membresía “gratuita” por los primeros 6 meses, mismos que pueden ser aprovechados tranquilamente, y que solo a partir del séptimo mes cancelaría si es que don Carlitos le ha gustado la revista.
Palabras van, palabras vienen, el chico de la revista Visión entabla una amena conversación, llena los datos del estimado Carlitos, y le dice que la revista le llegará el fin de semana próximo (dato real de publicación de la revista).
Luego de media hora de conversación, el estafador tira la bomba cuando pide que para trámites y papeleo por favor le cancele “15 dólares”.
En ese momento salta Carlitos y le pregunta - ¿no me dijo que la publicación era gratuita? – El estafador se pone un tanto molesto e insiste, pero Carlitos se niega a pagar esta suma de dinero, y pretende denunciarlo.
En ese momento, el estafador cambia su tono de voz y de argumento, dice que ya no son necesarios los 15 dólares y que a pesar de eso se encuentra suscrito y le va a llegar la revista.
¿De 15 dólares en 15 dólares cuanto puede sacar diario?
Este caso es muy parecido a lo que suele suceder en los buses, en donde entran vendedores de bisutería (chimba) para mujeres y dicen estar promocionando una feria en la ciudad de Baños (por acá es común eso por la cercanía), y regalan una cadenita y luego un dije, y luego de media hora de escucharlos (que cansones pero así son, hablan y hablan) te piden que les colabores con “cualquier cosita” y Zaz… Por lo menos aquí tienes algo palpable y físico.
Estos tal vez no serán los casos más sonados o novedosos, pero se están dando, ahora mismo.
Imágenes: Poli-ladron (Imagen de Dukal) - Amante y Ladrón (imagen de Mister Scratch)
Y estas son estafas directas, pero nadie habla de aquellos estafadores de terno y corbata, aquellos que están en oficinas y estamentos públicos. Esto no puede seguir, invito a denunciarlos y a no quedarnos callados ante tanta atrocidad.
Pobre Don Carlitos :s
Vaya que es bueno enterarse de eso, sobre todo porque sigo siendo nueva por acá. Pero lo que si me tengo bien claro es que desde que mencionan la palabra “colaboración económica” o de pagar algo, ya les tengo desconfianza. Y más desconfío si es por teléfono. Aunque también en persona han querido estafarme en el trabajo, pero la que terminó estafando fui yo! jajaja. De cualquier forma hay que tener mucho cuidado. Que buen dato.