Correa durante en la entrega e inauguración del hospital de San Pedro de Pelileo
Fotografía cortesía del Periódico La Voz

Muchos han sido los esfuerzo que he hecho para mirar desde otra óptica el accionar del presidente de los ecuatorianos, he visto con buenos ojos actividades de ayuda social, y he criticado (talvez no por este medio) otras actividades que a mi parecer no están bien.
Pero el ver de cerca y vivir lo que a continuación relato me ha preocupado, por el irrespeto de Correa hacia los símbolos patrios, a un pequeño pueblo, a los estudiantes, a la educación, a su gente.
Varias personas me censurarán, lo que voy a contar a continuación no es el fin del mundo, pero es lo que sucedió el 22 de Julio de 2007 en el cantón Pelileo (Tungurahua).
A primeras horas de la mañana Correa (Presidente de Ecuador) inauguró el Hospital de San Pedro de Pelileo. Pelileo el domingo 22 de julio cerraba sus festividades al cumplir 147 años de cantonización, con el desfile cívico; en donde por costumbre y tradición miles de estudiantes de los sextos cursos y grados (años) desfilan por las calles principales de este pequeño cantón. Estaba planificado que Correa saludase a las delegaciones estudiantiles desde una tribuna junto al municipio pelileño.
Tradición: Las escuelas y colegios con elegancia desfilan rindiendo honores a la bandera, es por ello que a la cabeza de cada institución educativa van los abanderados junto con sus escoltas, seguidos de la banda de gala (antes banda de guerra), y de los estudiantes de último año.
Lo que pasó: Correa pide a Caizabanda (Alcalde de Pelileo) como un favor muy especial que ponga a todos los abanderados en un solo bloque al inicio del desfile para que al pasar frente a él (que se encontraría en una tarima) no deba estar saludando a la bandera (y poniéndose de pie) a cada momento.
Me pregunto: ¿Es vagancia, practicidad o algo más?
Lo que sigue: Los niños y chicos desfilan en total desorden, primero sus abanderados, luego deben pasar nuevamente las escuelas y colegios con sus bandas de gala seguidos de estudiantes.
La sorpresa: Cuando el desfile había empezado, y el grupo de abanderados estaba culminando su recorrido, Correa nunca estaba en la tarima. Se encontraba al final de desfile con un ciento de hombres y mujeres rodeándolo. En ese momento se dispone a desfilar luego de decir ‘el pueblo ha pedido verme’. Hasta ahí no parece nada malo, estoy de acuerdo, si su presencia en todo el Ecuador tiene ese marcado populismo, está en su derecho (más no obligación).
La vergüenza: Cuando el presidente emprende el recorrido desde el final del desfile, se abre paso entre los estudiantes, donde delegaciones enteras de chicos y chicas tuvieron que colocarse apresurados a los costados para dar paso a la turba que rodeaba al presidente, además se encontraba protegido por militares. Muchos fueron los chicos pisoteados por gente que a mis ojos no eran de Pelileo, y como decían los lugareños ‘ni de los alrededores’.
Los actos: Pelileños y turistas silbaron al presidente, a uno de ellos le pregunté ‘¿por qué lo haces? ¿lo apoyas?’ y me contestó ‘no lo apoyo, si viene solo a dañar todo, pobres los chicos, que vergüenza’. Luego de terminado su recorrido, sin saludar a la bandera, sin quedarse ni para el caldito, Correa salió apresurado al aeropuerto de Ambato rumbo a Salinas.